La Reina del Sur es una novela de Pérez Reverte que sigue la vida de Teresa Mendoza, una mujer reservada de Culiacán, México que se hizo la narca más poderosa en la Costa del Sol, e incluso toda Europa. Mientras estaba bañándose una mañana, ella recibió una llamada que cambió su vida. La llamada dijo que su hombre, Güero Dávila, murió y que ella debía correr por su vida. Güero Dávila fue un piloto del tráfico de drogas para un cártel local en México. Sin el conocimiento de Teresa, Güero era un agente de la DEA en los Estados Unidos, así que fue matado por su traición al cártel. Al darse cuenta de la muerte de su novio, Teresa escapó la cólera de los asesinos de Güero y huyó a Melilla, una ciudad española en la costa de Maruecos.
Hasta este punto, Teresa ha sido una típica morra de un narcotraficante, es decir era sumisa, atenta, dependiente, y cómoda con la protección de su hombre. Sin embargo, su llegada a Melilla empezó una época del contrabando por la que Teresa se transformó en la mujer más poderosa del mundo de narcóticos. En Melilla, Teresa conocía a Santiago Fisterra, un gallego involucrado con el tráfico de hachís, y otra vez ella se sumergió en el mundo volátil de la droga. En poco tiempo, Fisterra murió y Teresa se encontró en la cárcel con una nueva amiga: Pati O’Farrell. Cuando los dos fueron liberadas, Pati convenció a Teresa regresar al narcotráfico. Con la ayuda de Pati, un ruso Oleg Yasikov, y un abogado Teo Aljarafe, Teresa se hizo la gran jefa del tráfico en coca y hachís, y por ello adquirió una reputación de la reina del sur.
Las cosas iban bien para Teresa en España hasta que aprendiera de la drogadicción de Pati. Los dos amigas se distanciaron y esto llevó a Pati a suicidarse. Las cosas empeoraban cuando Teresa y su guardaespaldas, Pote Gálvez, tenían que matar a Teo Aljarafe, el padre de su hijo no nacido, quien ellos aprendieron ser un traidor. Poco después, la DEA confrontó a Teresa y le pidió regresar a México para declarar contra don Epifanio Vargas, el hombre responsable para la muerte de su Güero. Durante una noche lluviosa antes del juicio, los empleados de Vargas atacaron a Teresa y Pote en su casa. Los dos amigos lucharon con fuerza, pero al final Pote no podía evitar la violencia viscosa de los agresores. Con Pote muerto por sus pies, Teresa corrió a las puertas y apenas llegó a la policía con su vida. La próxima mañana, ella declaró contra Vargas y arruinó su carrera política para siempre, finalmente ganando la venganza contra el hombre que mató a su querido Güero.
Teresa Mendoza en La Reina del Sur
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