Cuando vivía en
Granada, España, mi madre de España, Inma, tenía una señora
de la limpieza que era de
Marruecos,
se llama Nora. El primer día que llegué, ella dijo que ella era católica, Nora era
musulmán, y nos preguntó mi compañero de cuarto y yo, de que religión éramos? Me interesa
mucho porque podemos ver que para Inma, la diferencia entre las religiones era muy importante y fascinante. Inma, nos habló sobre la manera de Nora de criar su niña. Nora quería hacerlo en la manera musulmán y marroquí. Esto significa que ella no pudo mirar la televisión porque enseña cosas malas. En la opinión de Inma, eso sería problemático porque su hija, cuando va a escuela, querrá hacer estas cosas. Aunque Nora no le gusta, Inma pensó que ella no puede controlar y limitar la vida de su hija en esta manera
porque ella pensó que al final, la hija de Nora va a resentirse. Para mí es muy interesante,
la
necesidad
de adaptarse pero también el deseo de no cambiar. Para Nora, el deseo de criar su hija en la manera tradicional fue muy importante, pero la pregunta es, ¿cómo debe hacerlo? ¿Es mejor quedarse tradicional o debe adaptarse? Pienso que esto no tiene
una solución o respuesta, cada caso y cada familia es diferente. Pero hay
personas que están pensando en estas cosas como vemos en este
artículo.
El artículo trata de
la
posibilidad de intimidación o racismo en una aula es enorme, y por los niños el
deseo de adaptarse puede ser fuerte. Como vemos en
El último patriarca, la hija (la narradora) tiene que navegar
entre las dos cultura y para ella es difícil saber cómo debe hacelo.