La Juventud en Historias del Kronen

     En este libro, es un poco difícil seguir la trama, porque durante los diálogos, no se usa mucho los nombres de los personajes, y por eso, es muy confuso. El estilo de escritura es bastante distinto, y original, por ejemplo, cuando alguien está gritando, especialmente en las escenas en los bares y clubs donde la música es altísima y los personajes tienen que gritar para que se pueden conversar, todas las palabras están escritas diferentes para indicar eso. También, hay muchas escenas con una conversación telefónica entre dos personas, y podemos leer los dos lados de la conversación. Eso es muy interesante, porque el resto del tiempo, la historia se cuenta en primera persona, pero con las conversaciones de teléfono tenemos un punto de vista desde que podemos oír todo.
     Es un poco difícil también hacer un resumen de la historia, porque no tiene una trama que se desarrolla de escena a escena. Es un grupo de jóvenes que van a los bares, que toman mucho, que consumen muchas drogas y que tienen mucho sexo. En casi cada página, hay un ejemplo de uno de estos casos. La vida de estos jóvenes es como una búsqueda para placeres de la carne; esto es lo único que les interesa. No quieren trababjar, y más, no pueden trabajar porque vemos que salen hasta las horas de la noche, y después se levantan antes del mediodía. Es un horario que no soporte un empleo. Hay una buena escena entre Carlos y su hermana, Nuria. Nuria le pregunta porque no trabaja, y él le responde que tiene el dinero del padre, y no le importa vivir en casa. Mientras tiene este dinero, está tranquilo. Cuando él dice que no quiere trabajar, ella le responde que nadie quiere trabajar, sino es una de las cosas que hace que se madura. Los jóvenes en esta historia no quieren madurarse. Más luego, Carlos dice que “No creo que nadie madure” (170)” No quieren trabajar, no quieren tener un novio, Carlos solo tiene una chica con que tiene sexo. En esta escena más luego, también vemos el resultado de esta mentalidad de ‘siempre sexo.’ Carlos quiere tener sexo con Amalia, mejor dicho, quiere que él esté satisfecho físicamente. Pero en el sitio en que están no le permite. Ella dice que ella quiere hablar con él, que quiere una conversación, porque hay otra gente en la casa, y no sería correcto tener sexo. El pensamiento de Carlos es que “Con hablar no se soluciona nada” (168). Pero, a él no le interesa esto, y ella lo hace, pero sin emoción, solo como un acto, como una prostituta. Ella dice que esto es como una forma de “violación psicológica.”
     Una escena toca el tema de la violencia a través de la prensa, particularmente las noticias. “El telediario, sin guerras, no sería lo mismo: sería como un circo romano sin gladiadores” (28). Es un buen ejemplo de la presencia fuerte de la muerte y la violencia en lo cotidiano, que ahora nadie se da cuenta de ellas.

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